¿Cómo empezó todo?

Todo empezó una tarde de 2015 en casa comiendo pipas y jugando al Monopoly. Estábamos en casa escuchando al perro de la vecina llorar todo el rato. Cinco horas el pobre animal solito y triste porque su dueña se había ido a trabajar. Y así todos los días menos el domingo. Dijimos: «si alguien le enseñase a estar solo en casa…». Y sí, ese era el objetivo principal: queríamos que todos los perros fueran felices.

Yo quiero un perro

Y si te lo dicen así y no es una pregunta es que lo tienen muy claro. Entonces te planteas cuál es la raza que te gusta, cómo se obtiene uno y dónde, preguntas a la gente y todos te dan su opinión (a cuál más diferente),… Y con toda esa información, decides que lo mejor es irte a una protectora y que te cuenten allí cómo.

Piénsate bien si quieres tener un perro o un libro. Los perros dependen de ti totalmente, los libros no lloran cuando te vas a trabajar.

Christina L. Hita

Lo haremos bien

Así empiezan todas las ideas. Así que fuimos a la protectora y nos enamoramos de Lía: hembra, castrada, aproximadamente 1 año de edad y mezcla de vete tú a saber, potente y muy lista. Íbamos los fines de semana a verla y pasearla. Ya nos esperaba y al tercer finde ya nos lloraba al irnos. Eso nos partía el corazón.

Preguntamos si nos podíamos llevar a Lía el finde a casa para ver qué tal. Nos gustó tanto la experiencia a las tres que íbamos a recogerla el viernes y la devolvíamos el domingo. Luego íbamos a buscarla el viernes y la devolvíamos los lunes,… Nos lo pasábamos tan bien yendo al río, enseñándole cuál sería su cama, su sitio en casa, su cuenco de comida,…

Y llegó el día que decidimos hacer el papeleo: «Nos la queremos quedar, adoptar, o como se llame, porque nos vamos destrozadas y ella se queda viendo cómo nos vamos sin ella. ¿Dónde hay que firmar?». Tal cual.

El Arca de Santi

Así se llama la protectora donde estaba Lía. Os dejamos aquí su enlace web por si queréis echarle un ojo a las preciosidades que rescatan y preparan para ser adoptados: El Arca de Santi 

Esperamos que os guste tanto como a nosotras. Hay mil protectoras y todas tienen animales fantásticos que necesitan una familia. ¿Te animas? Te aseguramos que no te lo tienes que pensar tanto como una hipoteca.

Emprendedoras caninas

Nos dijeron en la protectora que Lía no era una perra fácil, precisamente. Bastante follonera, de hecho estaba en la línea roja, en la lista de los «difíciles de adoptar por tu actitud». Nos daba igual, asumiríamos el riesgo. Tanto que a los meses nos costó unos estudios caninos previos y más tarde la profesión de adiestramiento canino.

No nos hemos encontrado con ninguna fiera tan difícil como Lía. Hemos llorado tanto como reído pero os aseguramos que ha merecido la pena sin duda. Y queremos compartir con todos aquellos que tiene un perro difícil, frustrado o con malos hábitos, para reconducirlo porque es posible.

Tenemos tanto que aprender de los perros…

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