Pedos letales

Tal cual. Los perros se tiran unos pedos que sirven para desalojar. Con razón las mosquitas de la luz cada vez vuelan más lento. Normal, intoxicadas.

Los gases a nuestros perros les afectan igual que a nosotros. Bien por comer deprisa o tragar aire mientras lo hacen les genera gases, pues como a los humanos.

También es cierto que, cuando a nosotros se nos tuerce un pedo, resulta molesto incluso doloroso. Son gases que están dentro y que ni por arriba ni por abajo, no salen. Nosotros nos podemos tomar un AeroRed o similar pero al perro ¿qué le damos? Le damos veterinario. Determinará si hay torsión o no de estómago. Y con eso sacamos la conclusión:

Que tu perro se tire un pedo es sanísimo.

Para él, para ti no.

Los que no tengáis perro, os explicaré una situación que se da en casa casi todos los días.

Nos sentamos en la mesa a cenar y automáticamente Lía y Brownie se tumban en sus respectivas camas a esperar. Ves de reojo que estudian con exactitud el recorrido de tu cubierto con comida hasta que entra en tu boca, cómo lo masticas y te lo tragas sin darles nada. Ahí ellos van practicando su mejor cara de pena.

Conforme se termina la comida sobre la mesa, es cuando se acercan poco a poco. Claro, ellos se creen que no me doy cuenta. Creo que tienen controlado que cuando hay un gran trago de líquido (cuando bebemos) significa que el ritual humano de la cena está terminando y aumentan las posibilidades que se les caiga un trozo de carne, de pan, una miga,… algo.

Lía ha pasado de estar tumbada en su cama a estar sentada justito a mi lado sin perderme de vista, con su cara de «hace 3 años que no como nada». Y cuando cruzamos miradas y le digo «¿qué quieres?», me mira fijamente y se escucha…

FFFFFFFFFFFFFFFFFFF….. un aire

¿He dicho un aire? No, no. Eso es un pedo de persona en toda regla. Yo me río pero a ella no le hace ninguna gracia tirarse un pedo y que no le des nada a cambio. Mi mala suerte es estar sentada todavía porque sé que me lo voy a comer. No te esperas realmente que huela tan tan mal. ¿He dicho tan tan mal? No, no. Es horrible el aroma de sus pedos. Vamos, llamarlo aroma me parece cachondeo.

PRRPRFFFFFFF… PPRR.. PRRPF… fffffffffffff……. otro

¿Otro? No, no. Una retahíla de pedos sonoros encadenados uno detrás del otro. Y se te queda mirando. Si le saliera un bocadillo en la cabeza pondría «in your face». Y tan a gusto.

Hay veces que los pedos de Lía son tan sonoros que hasta ella misma se revisa el culo a ver si era algo más que un pedo.

Y al final pues te acostumbras, a ver si te has creído que tus pedos de princesa huelen mejor que los de mi perra. Viene hasta bien porque cuando comen algo que no deben entonces huelen peor todavía y puedes vigilar las heces o su comportamiento.

Los pedos de Brownie, sin embargo, son silenciosos pero más letales. Es que ni oyes el FFFFFFFFFFFFFFFFF del aire, nada, no se oyen. Son tremendamente desagradables. Te invade por un momento la posibilidad de que ése sea tu último aliento porque no sabes si tienes valor a aspirar de nuevo para aguantar el aire. Si le pilla tumbado pues es que ni se mueve, sigue durmiendo. Pero si le pilla sentado, también se revisa el culo por si era algo más. La única vez que tumbado pero despierto, Brownie, se tiró un pedo y le sonó un poquito PRIF!, se asustó y se fue corriendo. Imagínate.

Más vale que cuando se tiran un pedo te pille a ti con una manta para poder aguantar el aire durante unos segundos, y no morir de asfixia o peor, de la risa.

Es preferible perder un amigo que una tripa.

Luis, mi suegro. Tiene toda la razón mundial.

flatulencias, pedos

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